El pasado fin de semana, Málaga celebró la inauguración de un nuevo museo temático dedicado al mar, marcando así un hito significativo en la oferta cultural de la ciudad. Este espacio, situado en un moderno edificio junto al puerto, busca rendir homenaje a la rica tradición marítima de la región y acercar la historia local a malagueños y visitantes. El acto de apertura contó con autoridades municipales y expertos en historia marítima.
La exposición principal del museo abarca desde la época fenicia hasta la actualidad, mostrando la profunda relación que Málaga ha tenido con el mar a lo largo de los siglos. A través de objetos antiguos recuperados de naufragios, mapas históricos y modelos de embarcaciones, los asistentes pueden reconstruir visualmente la evolución del comercio, la pesca y la vida costera malagueña. Destacan piezas únicas del periodo romano y andalusí.
Uno de los aspectos más innovadores del museo es su apuesta por la interactividad, diseñada para atraer a familias y visitantes de todas las edades. Varias de las salas expositivas permiten a los visitantes simular maniobras de navegación antigua o participar en juegos educativos relacionados con la biología marina. "Queremos que la historia se toque, se experimente y no solo se vea", afirma Lucía Ortega, directora del museo.
Además de la colección permanente, el museo cuenta con una sala dedicada a exposiciones temporales que abordarán temáticas relacionadas con el medioambiente marino, la sostenibilidad y la cooperación internacional en la protección del litoral. Según el equipo curatorial, estos espacios estarán destinados también a acoger conferencias, talleres y actividades didácticas para escolares.
Entre las atracciones más llamativas se encuentra una reproducción a escala real de una embarcación tradicional de jábega, símbolo de la pesca artesanal en la zona. Esta nave se exhibe junto a paneles interactivos que explican las tradiciones, técnicas y evolución de la pesca local, permitiendo a los asistentes conocer de primera mano el papel fundamental del mar en la economía y la cultura malagueña.
El museo también ha puesto especial énfasis en la accesibilidad, con instalaciones adaptadas para personas con movilidad reducida y audioguías disponibles en varios idiomas. “Queremos que todo el mundo pueda disfrutar de la experiencia, independientemente de su edad o condición”, comentó Juan Sánchez, responsable de atención al visitante. Asimismo, el espacio cuenta con recursos visuales y táctiles para personas con discapacidad visual y auditiva.
La acogida por parte del público ha sido notable, con más de 3.000 visitantes registrados durante el primer fin de semana. Familias, turistas y escolares han valorado positivamente tanto el enfoque didáctico como la oportunidad de sumergirse en la historia marina de la ciudad. Según datos proporcionados por el museo, el 70% de los asistentes recomendó la experiencia a través de encuestas de satisfacción.
Expertos en patrimonio cultural han elogiado la iniciativa por su contribución a la difusión y conservación de la memoria marítima local. “El museo representa un escaparate imprescindible para comprender cómo el mar ha modelado la identidad de Málaga”, declaró la historiadora Carmen Ruiz. Además, destacan el compromiso del museo con la educación y la concienciación sobre la protección del entorno marino.
El calendario de actividades para los próximos meses incluye charlas, visitas guiadas especiales, cursos sobre artesanía marítima y jornadas temáticas dedicadas a la biodiversidad marina. El museo colabora también con asociaciones de pescadores y universidades, buscando fortalecer los lazos con la comunidad local y fomentar el aprendizaje multidisciplinar. La programación busca dinamizar la vida cultural de la ciudad durante todo el año.
Finalmente, el nuevo museo del mar de Málaga aspira a convertirse en un punto de referencia tanto para residentes como para turistas, enriqueciendo la oferta museística y educativa de la ciudad. Con su apertura, Málaga refuerza su vínculo histórico con el mar y brinda a sus habitantes la oportunidad de redescubrir y valorar un patrimonio que durante siglos ha sido motor de su desarrollo y su identidad.
